6 dic 2008

¡Potsdam y juergas!

Pues sí chavales. Cada vez queda menos pero hasta la semana pasada hubo excursiones... ¡y fiesta! Pero claro, luego el cuerpo se resiente...



Vista general de cómo se las gastaban en Potsdam. Ésto es sólo una pequeña parte. Por desgracia, no fuimos a la zona del Palacio (tipo Versalles) ni a los otros parques, pero tampoco había cuerpo para mucho más. Lo guardamos para la próxima. Eso sí, el peor quebab y el tendero más pesado que me he encontrado hasta el momento...


Entre edificios en obras o ruinosos, la naturaleza absorve algunos muros. Momento que aprovechamos para hacer elgamba y subirnos donde no debemos ^__^


Hay algo así como una casa de relax, donde se hace yoga, te dan masajes y realizas distintas terapias desestresantes. En uno de los patios, detrás del jardín de Eduardo Manostijeras, se encuentra el mozo que perdió la lentilla en el pozo. Aquí se nos ve a Benji y a mí ayudándole a buscarla.



Detalle de las chimeneas de la casa en cuestión. Me recuerdan a algunos motivos rusos...


Y ni la Ponia ni historias. El pueblo de la Navidad es Potsdam, sin lugar a dudas. Las calles, perfectamente dispuestas como en la escenografía del anuncio que graban en la película de
Los fantasmas atacan al jefe, se llenas de puestecillos y lucecitas. Muy mono todo. La marabunta sale entonces de sus casas a tomar Glühwein (un vino caliente cocinado con diversas especias) y manzanas envueltas en caramelo. Ya sabéis, demasiado dulce para mi gusto.


Ayer en la casa de Susana (centro) y Jose. Se nota que Marta es de los que disfrutan con el vídeo de Dolor y placer. El piercing, uno de mis ejercicios para la Facultad del año 2006. Que me disculpe la delegación vasca pero ya advertí de mi dificultad para recordar los nombres...

Justo cuando estábamos a punto de salir de la casa, un humo sospechoso salía de la papelera. No recuerdo exactamente quién fue, pero alguien la abrión y dijo: "Algo se quema". Cerró y se quedó tan agusto. Allá fui cual bombera (mira Jorge, me he adelantado ^.^) y como era la única que tenía manos y pies saqué un pañuelito que prendía poco a poco gracias a los cigarrillos mal apagados... Mis superbotas de montaña acabaron con el incendio en potencia. Afortunadamente, el equipo de apoyo volcó un vaso de agua (mi vaso de agua, concretmente) dentro de la papelera para humedecer el terreno. No es por echarme flores (que sí) pero hay que tener pocas luces U__U Momentos después me ahogaba por la inhalación de humo que potenció aún más si cabe el asma que llevo padeciendo los últimos días...



Aquí los regalos que Lena e Irene me han dado. La perita es por San Nikolaus, que normalmente lleva chocolates a los niños que se portan bien (se celebra hoy). Los otros dos son de Navidad y como especifica el sobre, ¡no puedo abrirlos hasta la noche del 24! o.o

Nikolaus vino también hasta mi apartamento y me dejó unas galletitas típicas de mantequilla, eso sí, biológicas. Gracias vecinita :)

1 comentario:

Anónimo dijo...

cómo te lo pasas!!!

desde luego, sí hay q tener pocas luces para echar las colillas a la papelera, pero mientras podáis contarlo...

Te escribo a las 3:20am, a las 5:00am me tengo q levantar, a las 5:26 am cojer el autobús q me lleva al curro y a las 5:55 am empiezo la jornada con el tranvía... el fin de semana en Emmaus me ha descolocado los orarios, como de costumbre. Pero no pasa nada, mañana entro a las 5:17 am.

Q disfrutes de tu última semana en Germania y cuidado con esa gente, q dicen q son unos bárbaros.